El 2020 ha sido un año inusual donde hemos vivido un escenario de estrés a todos los niveles que ha superado cualquier escenario que la mente humana haya podido imaginar. Si nos centramos exclusivamente en el aspecto financiero de lo ocurrido en el 2020 especialmente para el segmento de pequeñas y medianas empresas, el estrés al que se han visto sometidas sus tesorerías ha sido paliado en parte por los prestamos ICO que han ayudado a capear, temporalmente, la tormenta y digo “temporalmente” porque todos sabemos, aunque no lo queramos reconocer, que para la mayoría de las empresas, estos préstamos han sido pan para hoy y hambre para mañana, porque han sido una patada para delante a un balón hacia lo desconocido y sobre todo sin plan alguno de cómo van a poder devolver estos préstamos y mantener sus negocios a flote en los años venideros.

A ese escenario tan adverso hay que sumarle las fusiones bancarias que van a tener lugar en los próximos meses y que van a suponer más contracciones del crédito. De este modo, el cielo se espera más gris y la tormenta a la que nos enfrentamos se puede calificar como una «tormenta perfecta».

La Banca, además, por necesidad más que por deseo, ha tenido que reinventarse teniendo que acudir a las nuevas tecnologías para poder evaluar los riesgos de sus clientes, fórmulas que lamentablemente usan datos financieros puros para su análisis y por ende la decisión de concesión de financiación se convierte en una decisión binaria, alejándose muy mucho de lo que la banca tradicional hacía, que era entender el modelo de negocio del cliente, sus ciclos de Cash Flow, como compra su mercancía, como la vende, cual son sus procesos de producción, etc.

En nuestro país, por el momento solo estamos en el inicio del camino para contar con una segunda línea de financieras, que complementen la propuesta bancaria existente. En mercados más desarrollados como Reino Unido o Estados Unidos, las financieras independientes llamadas también casas de forfaiting o de factoring, que no pertenecen a ningún grupo bancario, están a la orden del día y su misión es complementar la oferta de financiación bancaria.

La financiación alternativa va a ser clave en los próximos años. Eso se debe a que va a poder crear trajes a medida para las necesidades financieras de las pymes, tal y como el sector bancario ofrece hoy en día a las grandes corporaciones y poder así hacer viables muchos pequeños y medianos proyectos empresariales que con los préstamos ICO solo no van a poder generar suficiente caja y/o margen para poder sobrevivir.

La necesidad de los bancos de estandarizar su oferta de productos para mejorar su rentabilidad deja una necesidad sin cubrir que financieras independientes como la nuestra pueden complementar. Así, podemos asegurar que la liquidez del sistema fluya hacia las pymes y la concentración bancaria que estamos viviendo, va a incrementar la necesidad de las pymes de contar con nuevos proveedores financieros.

Aunque el cielo este encapotado y gris, creo que las pequeñas y medianas empresas, necesitan rediseñar sus estrategias financieras y salir de su zona de confort valorando la idea de buscar fuentes de financiación alternativas que les ayude a despejar el horizonte y así poder empezar a visualizar los primeros rayos del sol después de tanta tempestad.

Baihas Baghdadi

Baihas Baghdadi

CEO y fundador de Trade & Working Capital (TWC)