Mucho más que en ningún otro orden de cosas se percibe en lo que respecta a la igualdad de género en el trabajo la dualidad existente entre las grandes empresas y las pymes. En las grandes empresas por un lado la llegada a puestos directivos puede ser mas complicada para la mujer, pero por otro lado es más difícil que haya desigualdad salarial a igual puesto y a un rendimiento similar; mientras que en la pyme esto sucede con más frecuencia. Para resolver todo esto el legislador creo en el año 2007 unas normas básicas que ha desarrollado y ampliado recientemente.
No es menester de este artículo, hablar de dichas normas técnicamente sino dar mi opinión sobre esta temática, y tengo que decir que no creo que sea una cuestión de normas, éstas pueden favorecer o entorpecer determinado desarrollo o idea, es una cuestión de cultura, de lo que cada uno de nosotros lleve dentro y los prejuicios que tenemos, ya sean históricos o inculcados. Se trata de llevar a la práctica en la vida cotidiana lo que ya es normal en la calle, en las conversaciones con nuestros familiares y amigos. Se trata de que la igualdad entre hombres y mujeres en el aspecto profesional sea efectiva y real.
Sin lugar a dudas si uno analiza los datos de afiliaciones, categorías profesionales, salarios medios en España uno ve claramente, que en los menores de 45 años existe en el mercado de trabajo una igualdad mucho más efectiva, existen más hombres que mujeres pero no es una diferencia ni siquiera significativa, el salario es muy similar, pero es a partir de los 45 años donde esto se acrecienta, y donde de verdad se percibe una brecha salarial. Si lo pensamos, es a finales de los 80 y sobre todo en los 90 donde se produce una incorporación más masiva de la mujer al mercado de trabajo y son aquellos que van a empezar (algunos sin duda lo han hecho ya) a superar la franja de los 45 años, por lo que en resumen es que en esa franja de edad debería cambiar la tendencia en unos pocos años.
Lanzo una pregunta: ¿Son las normas aprobadas las indicadas para llegar a una igualdad real y efectiva de la mujer y el hombre en el mercado de trabajo? Mi opinión es que no, son normas burocráticas que incluso pueden llegar a entorpecer, personalmente pienso que más que normas impuestas hay que realizar acciones de otro tipo, concienciación, educación, publicidad y propaganda al respecto.
Pero las normas vigentes tienen mucha carga burocrática y son complejas. Personalmente creo que se podría haber conseguido los mismo de una manera mucho más simple y barata (por cierto), pues los planes de igualdad tal y como están concebidos son caros y complejos, tanto si los haces internamente (hay que destinar muchos recursos), como si pides ayuda de un externo, por ejemplo nosotros, que aunque libera recursos internos no deja de ser un coste directo.
Está claro que la igualdad efectiva y real llegará más pronto que tarde, que requiere no sólo de buenas palabras sino de hechos, y sobre todo, de la conciencia de las personas, de la educación y del ejemplo.
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Carlos Solans
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